Cooke fue diputado por el justicialismo hasta 1952, año en el que Perón tuvo un acercamiento con el gobierno de Estados Unidos. Esto no fue aceptado por el «Bebe», que tenía una formación marxista, incómoda incluso hasta para los funcionarios peronistas, y le valió su escaño. Sin embargo, años más tarde y cuando las cosas se pondrían realmente complicadas para Perón, fue designado como su heredero en caso de «quedar fuera de combate». «Sus decisiones tienen el mismo valor que las mías. En caso de fallecimiento delego en el doctor don John William Cooke el mando del movimiento», decía en Caracas en 1956 Juan Domingo Perón.
«La mano izquierda de Perón», la última biografía política de Daniel Sorín se mete de lleno en la obra y la praxis política de este personaje, a 46 años de su fallecimiento. Aquí, el autor introduce su pensamiento, y cuenta por qué es una figura ineludible a la hora de pensar el peronismo, no sólo del siglo pasado, sino de la actualidad.