Creó el “ladrillo” o “zapatófono” Motorola DynaTAC 8000X en 1983. En entrevista con Clarín, reveló qué modelo usa a sus 94 años y qué piensa del término “smartphone”.

Hace 40 años, el primer teléfono celular pesaba cerca de un kilo y costaba casi 4 mil dólares. La batería duraba treinta minutos, y requería una carga de 10 horas. Sin embargo, esto no era un problema: “La autonomía era lo de menos, ¡no podías sostener el dispositivo durante tanto tiempo!”, cuenta Martin Cooper, su creador. El ingeniero norteamericano, pionero de las telecomunicaciones, hizo historia con el Motorola DynaTAC 8000X, el primer teléfono celular del mundo.

Con una inversión de más de 100 millones de dólares entre 1973 y 1993, el teléfono celular se fue perfeccionando hasta llegar a lo que conocemos hoy: un dispositivo mediante el cual no sólo se pueden hacer llamadas de voz, sino que, lo que menos se realiza son, en efecto, llamadas.

Con un recorrido en la industria de las telecomunicaciones que comenzó en los 50, Cooper concibió durante 10 años el proyecto de poder tener una herramienta para hablar desde cualquier lugar y no necesariamente “atado” a un teléfono de línea tradicional.

Pero su concepción era mucho más amplia y tenía el futuro tan en mente que asombra. Proponía que el teléfono móvil tenía que ser un «teléfono personal, algo que representara a un individuo para poder asignarle un número; no a un lugar, no a un escritorio, no a una casa, sino a una persona». Algo que, en la actualidad, se convirtió en el centro neurálgico de la conectividad permanente: una identidad en un entorno digital.

En su paso por la edición 2023 de Nerdearla, un evento de tecnología que se realiza todos los años en el Konex y que en esta edición convocó a 10 mil asistentes presenciales, habló con Clarín.

Del primer Motorola al iPhone

Motorola DynaTAC 8000X, primer teléfono celuklar del mundo. Foto Archivo

Motorola DynaTAC 8000X, primer teléfono celuklar del mundo. Foto Archivo

─El Motorola DynaTAC 8000X se inventó para hacer llamadas telefónicas. Ahora, seguimos llamándolo «teléfono», pero lo que menos hacemos es hablar por voz. ¿Alguna vez pensaste que algo así ocurriría?

─Cuando creamos el primer teléfono móvil de mano, sabíamos que el dispositivo se convertiría en una extensión del ser humano, una herramienta indispensable, una parte esencial de la vida de su dueño. Sin embargo, en 1973 no se habían inventado ni la cámara digital ni la pantalla LED, no existía internet, no existía el circuito integrado a gran escala y un teléfono móvil para un auto pesaba alrededor de 60 kilos. Pensábamos que el teléfono móvil era un importante paso adelante, pero yo no visualizaba, para nada, un teléfono inteligente moderno en 1973.

─Cuando hizo la primera llamada, ¿era consciente del momento histórico que estaba protagonizando?

─Sí. Ya en 1973 bromeaba: «Algún día, cuando nazca una persona, se le asignará un número de teléfono. Si no contesta a una llamada, habrá muerto». Hoy en día, la mayoría de la gente del mundo tiene teléfono móvil. Hay más abonados a teléfonos móviles que personas. Nunca ha habido una tecnología que afectara a tanta gente, a un porcentaje tan grande de la población. Y sin embargo, el «cambio» apenas ha comenzado. Estamos a punto de asistir a revoluciones en la educación, la sanidad y la colaboración basadas en la conectividad que ofrece el teléfono móvil.

─¿Cómo cambió el iPhone el panorama del mundo móvil en 2007, cuando se inventó?

─El iPhone tomó la tecnología existente y le agregó una interfaz de usuario intuitiva, una forma de utilizar el dispositivo de forma natural y sencilla. La genialidad del iPhone fue la comprensión de los humanos, no de la tecnología.

─¿Qué teléfono usás en la actualidad?

─Ahora uso un teléfono iPhone y un Apple watch, pero pruebo todos los nuevos que tienen características interesantes. Estoy probando un teléfono plegable Motorola que tiene funciones únicas relacionadas con la comodidad del usuario.

El futuro del teléfono móvil

El primer iPhone se lanzó n 2007. Foto AFP

El primer iPhone se lanzó n 2007. Foto AFPEl primer iPhone se lanzó en 2007. Foto AFP

─Hoy en día, un teléfono que sólo hace llamadas se llama «teléfono tonto», en oposición a uno «inteligente». ¿Qué opina de esta nomenclatura?

─Llamar «tonto» a un teléfono que puede comunicarse con casi cualquier persona en el mundo al instante, que puede enviar mensajes de texto, pedir ayuda tras una caída y ayudar a encontrar a un niño perdido, no tiene sentido para mí. Lo importante no es el hardware, sino lo que hace por la persona.

─Uno de los problemas actuales es que los smartphones merman nuestra capacidad de concentración y de conectar con la gente en situaciones sociales. ¿Cómo ves esto?

─El teléfono inteligente es un invento aún en desarrollo. Todavía estamos aprendiendo a utilizar nuestros teléfonos inteligentes. Nos gusta decir que un teléfono inteligente es una extensión de su propietario, y sin embargo, para personalizar el teléfono, su dueño tiene que seleccionar entre muchos millones de aplicaciones. El móvil del futuro incluirá una inteligencia artificial que estudiará el comportamiento de su propietario y seleccionará o incluso creará una app para que su dueño sea más eficiente.

─¿Cómo ves la evolución del mundo de la telefonía móvil? ¿Hacia dónde creés que se mueve?

─Aunque el 5G y el 6G son importantes para implantar el Internet de las Cosas, aún no hemos completado el Internet de las Personas. Las cuestiones más importantes para las personas son el costo y la cobertura. La educación y la sanidad requerirán un costo mucho menor y una mejor cobertura si queremos que estén disponibles universalmente, como debería ser.

─¿En qué puntos serán críticos estos cambios?

─Crear nuevos sistemas que hagan a todos nuestros estudiantes más inteligentes y eliminen las enfermedades es una tarea inmediata que requerirá enormes esfuerzos durante generaciones. Pero no tenemos elección: no podemos crear una brecha digital en estos ámbitos y el teléfono tiene que servir para mejorar a la sociedad.

Artículo original, en Clarín

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