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Estadísticas de distintas firmas advierten la mayor suba en 3 años, LockBit llega a Apple y la Superintendencia de Argentina confirmó un ransomware.
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Luego de presentar la última línea de sus poderosas placas de video, las RTX 40 Series, el CEO de Nvidia contestó algunas preguntas en una sesión privada. Allí, como al pasar, Jensen Huang soltó una declaración que no pasó desapercibida: “La Ley de Moore está muerta”.
La Ley de Moore es una máxima que dice que cada 18-24 meses el poder de un procesador (CPU) se duplica y, como una consecuencia directa de esto, los precios bajan en relación a la potencia que entregan.
La enunció Gordon Moore, uno de los cofundadores de Intel. En 1965, este ingeniero norteamericano escribió sus predicciones para el mercado de la informática en la publicación Electronics. Allí estableció que los transistores por chip de silicio se duplicaban cada año y, en 1975, este lapso se actualizó a 2 años.
Lo particular de esta ley es que se trata de una predicción empírica que, con más o menos ajustes, se ha ido verificando a lo largo del tiempo desde mediados de los 60 hasta hoy. Pero muchos ya la cuestionan.
Uno de ellos, Jensen Huang, cabeza de Nvidia: sus declaraciones sacudieron el avispero de la prensa especializada, que lo escuchaba en una sesión de preguntas y respuestas por Zoom, de la que participó Clarín.
Sea en los CPU (Unidad Central de Proceso) o los GPU (Unidad de Procesamiento Gráfico, la especialidad de Nvidia), para Huang esta ley ya no corre más.
Sus argumentos tienen que ver con que los chips se construyen en arquitecturas cada vez más pequeñas y que, naturalmente, en algún momento esa miniaturización podría llegar limitar a la Ley de Moore por cuestiones físicas. Pero también es cierto, en su contra, que la tecnología siempre encuentra la forma de destrabar las limitaciones.
Hay también un dato no menor: lo que está de fondo es una concepción más comercial que técnica que hace de espejo a una batalla Intel-Nvidia.
Acá, Nicolás Wolovick, Doctor en Ciencias de la Computación por la Universidad Nacional de Córdoba, responde todo sobre la Ley de Moore y las cuestiones técnicas asociadas.
Además de responder la pregunta: ¿va a morir esta ley, cómo dice el CEO de Nvidia?
Sigue leyendoJon “Maddog” Hall es uno de los padres del software libre. A sus 72 años, y con varios proyectos todavía, se dio una vuelta por Buenos Aires para asistir a un par de convenciones (Campus Party y Nerdearla).
Hablar con él es como abrir un libro de historia de la informática. El año pasado tuve la posibilidad de entrevistarlo y salió esta charla en profundidad.
Esta semana pasó por Buenos Aires Campus Party, dio una charla sobre sus orígenes en el software libre, planteó cuáles son para él los desafíos actuales. Una ve que terminó de hablar, se quedó respondiendo preguntas.
Se lo notaba cansado y no quise sacarle demasiado tiempo. Así que le pedí una opinión sobre los NFT.
¿Por qué? Porque el evento estaba repleto de sponsors relacionados a los tókens no fungibles. Y la charla de Maddog se sintió como una bocanada de aire fresco, pero no mencionó nada en su exposición.
Esto dijo:
Los gigantes de internet como Google, Amazon, Facebook o Apple cuentan con varias ventajas. Una de ellas es que están tan incorporados en la vida de los usuarios que es difícil imaginar un mundo sin ellos. Más difícil aún, cuestionarlos.
Sin embargo, el modelo de negocio que han instalado “estrangula” a artistas y creadores de contenido, según el reconocido crítico, escritor y activista Cory Doctorow, quien publicó junto a la académica Rebecca Giblin, experta en análisis de derechos de autor, un nuevo libro: Chokepoint Capitalism, o «Capitalismo de estrangulamiento».
A través del análisis de las plataformas de streaming, de la venta online de gigantes como Amazon y de sitios omnipresentes como Google, los autores trazan una cartografía de un sistema que, según ellos, construye una “rueda anticompetitiva”.
Esta rueda tiene un doble objetivo: generar usuarios cautivos por un lado y forzar a los creadores de contenido a aceptar condiciones desfavorables, como el recorte de pagos en Twitch, que incluso llevó a una huelga el año pasado, o los “strikes” por derechos de autor en YouTube.
El modelo corporativo concentrado en los monopolios no es nuevo. Sin embargo, la manera en la que los gigantes de internet han logrado capitalizar usuarios los ha llevado a imponerles condiciones a todos los que usan sus plataformas: desde músicos hasta youtubers, todos sufren las consecuencias de un sistema “que captura el valor que producen otros trabajadores”.
Esto es lo que se cristaliza bajo la idea de “monopsonio”: a diferencia de lo que estamos acostumbrados con los monopolios (vendedores imponiendo condiciones), las “big tech” actúan como compradores que imponen condiciones a sus vendedores. Los proveedores de Amazon, por ejemplo. O los artistas, que venden su arte a las plataformas.
“Tanto si te gusta el capitalismo como si lo odiás, estamos de acuerdo en que un sistema solo es capitalista cuando hay competencia”, dice Giblin. Y en lo que refiere al arte, la situación actual es preocupante, advierten: “La cultura ha sido capturada”.
La conclusión de los autores es categórica, pero también proponen, sobre el final del libro, cómo “recuperar la cultura y devolvérsela a sus trabajadores”.
Los autores hablaron con Clarín sobre el nuevo libro, Capitalismo de estrangulamiento: cómo las grandes tecnologías y los grandes contenidos capturaron los mercados laborales creativos y cómo los recuperaremos, que todavía no tiene fecha de lanzamiento en español.
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