
La “grieta” que popularizó en los medios el periodista Jorge Lanata parece estar más vigente que nunca. El recorrido es conocido: se viraliza un video, noticia o tuit y, de ambos lados, el discurso radicalizado se adueña de las interacciones. Y los algoritmos de las redes sociales contribuyen bastante -si es que no son los responsables- a una creciente degradación del debate público.
“¿Por qué preferimos la grieta, aunque digamos lo contrario?”, se pregunta Polarizados, una nueva recopilación de ensayos publicada por Capital Intelectual.
El libro, un juego de palabras que reposa en un célebre ensayo del sociólogo francés Francois Dubet –¿Por qué preferimos la desigualdad? (aunque digamos lo contrario)-, indaga en la diferencia específica local: ¿qué tiene de particular la polarización en la Argentina? ¿Cómo funciona desde lo político, económico y social? ¿Y desde lo tecnológico?
Bajo el paraguas de diversos especialistas, y con una biblioteca detrás que no solo considera autores clásicos sino discusiones contemporáneas como la de Por qué estamos polarizados de Ezra Klein, el libro aborda los distintos aspectos de la polarización y la grieta.
Las redes sociales, el lugar predilecto de la polarización. Foto AFP
Natalia Zuazo, periodista y consultora en comunicación política y políticas tecnológicas, habló con Clarín sobre este fenómeno en el terreno digital: las redes sociales, los foros y otros vericuetos de la web, a partir del artículo que escribió junto a la investigadora Natalia Aruguete.
Porque el argumento de la democratización que trajeron las redes puede ser bastante tramposo, y la pretendida democracia online quizás esté complicando más el debate de lo que pueda estar contribuyendo.
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