Publicado en Clarin.com
“Yo soy hija de desaparecidos y a mí me cagaron la vida. A mí también me mataron a mis padres. Pero, ¿quién tiene el medidor del dolor? ¿Quién decide quién sufrió más?”. Eva Daniela Donda, hermana de Victoria, plantea la pregunta que subyace como hilo conductor del libro: Hijos de los 70 recoge los testimonios del dolor causado por la década del terrorismo de Estado, de los vuelos de la muerte, la apropiación de bebés, y la violencia política de la lucha armada. Con el desafío (y el riesgo latente) de no caer en el discurso de la teoría de los dos demonios.
Las periodistas Carolina Arenes y Astrid Pikielny trabajan, desde 2010, con un norte espinoso. Se propusieron reunir testimonios de los hijos de los protagonistas de la dictadura de 1976: tanto de los apropiados como los apropiadores. Se trata de una audaz y hasta ahora poco explorada forma de contar lo que sucedió en los años de más represión de la Argentina. “En casi todas las entrevistas hubo lágrimas, angustia, congoja”, cuentan las autoras.
Enmarcado en una tensión mucho más polémica y riesgosa que la pregunta de Eva Donda, el de la reconciliación entre los hijos de los militares y los hijos de los desaparecidos, las autoras recuperan las piezas de un complejo rompecabezas. Hasta el propio hijo del ex jefe de Montoneros, Mario Firmenich, -que porta el mismo nombre que su padre y hasta incluye “Javier”, su nombre de guerra- habla de la necesidad de un diálogo entre las víctimas. En parte, ese parece ser el esfuerzo del libro: acercar al diálogo a hijos, nietos y familiares cuyo denominador común es, por una u otra razón, el dolor.
Las autoras asumen el desafío de este collage, sin dejar de lado la firme convicción de que el terrorismo de Estado supuso un quiebre en la historia de la Argentina contemporánea, no homologable a los crímenes de la violencia política armada. Aquí cuentan los desafíos que fueron surgiendo a lo largo del libro y con qué se encontraron a la hora de sentarse a hablar con los protagonistas.