
Luego de que el Gobierno anunciara la vuelta de Conectar Igualdad, el programa estatal que entrega computadoras a estudiantes, la licitación por la compra de equipos disparó una polémica: si deben venir con Windows y Office o con Huayra, un sistema operativo (SO) de software libre desarrollado en Argentina y pensado para estudiantes.
El principal problema de esta discusión es que suele darse en torno a tecnicismos que ocultan un trasfondo político: si es apropiado que las políticas de Estado se desarrollen en conjunto con grandes empresas como, en este caso, Microsoft. Y, sobre todo, qué tipo de soluciones (y problemas) puede traerles esto a los estudiantes a la hora de usar las netbooks.
Según lo que se desprende del boletín oficial, las computadoras vendrán con lo que se conoce en informática como dual boot, es decir, “doble arranque”: cuando se prende la netbook, el sistema da la opción de qué SO elegir.
Jaime Perczyk, ministro de Educación, explicó esta decisión a Clarín: “Creemos que los chicos tienen derecho a tener acceso a lo que usa casi todo el resto de la sociedad [en referencia a Windows]. Creemos en la igualdad de derechos: defendemos la soberanía del software libre, pero también los derechos de los chicos».
Ministro de Educación, Jaime Perczyk, en una entrega computadoras a estudiantes a fines del año pasado. Foto Clarín
El principal argumento oficial es que Windows es el sistema operativo más usado en el mundo, con un 74% de la cuota del mercado que comparte con MacOS y las otras distribuciones de Linux.
Sin embargo, que las Conectar Igualdad vengan con los dos sistemas operativos no resuelve la ecuación para los activistas del software libre, que prefieren el diseño del Plan Juana Manso (sólo venían con Huayra).
“La experiencia previa del doble booteo demostró que no se usaba Huayra, no por decisión personal sino por costumbre. Pero es una costumbre arraigada tras décadas de lobby de Microsoft. No existe un derecho a decidir cuando hay una presión corporativa detrás”, explica a Clarín Sergio Rondán, docente de escuela primaria y militante de software libre del colectivo Cybercirujas, que se dedica al reciclado de equipos en desuso y su optimización a través de alternativas a Windows.
“Decir que ‘Windows abre las puertas al mercado laboral’ es totalmente falaz, es una idea arrastrada desde los años 90, cuando justamente en Estados Unidos Microsoft tuvo un montón de juicios por posición monopólica. Repetir esto es desconocer cómo funciona, por un lado, el mundo IT actual y por el otro, la escuela como espacio de construcción de conocimiento”, critica Rondán.
Además, agrega un punto: muchas tareas de productividad se realizan actualmente en un navegador como Google Chrome, Firefox o Edge. “La mayoría de las tareas que se realizan con una computadora hoy en día se hacen a través de aplicaciones web que funcionan en cualquier SO. El usuario que quiere ‘usar el SO”, es decir, tocar cosas y experimentar, ya es otro tipo de usuario, no es el común”, agrega.
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